viernes, 5 de enero de 2007

Cómo salir de la parálisis y alcanzar todas tus metas



Cómo Salir de la Parálisis y Alcanzar Todas Tus Metas


En la entrada anterior hablábamos de la importancia de fijar metas y desarrollar un plan de acción diario.

Pero ocurre que a veces eso no es suficiente para ponernos en acción, nos estancamos....


Seguramente nos ha pasado alguna vez, queremos lograr algo pero por alguna razón no avanzamos.


Sabemos qué hacer y por dónde comenzar. Pero algo sucede que nos mantiene en la parálisis. El tiempo pasa... y poco hacemos para lograr nuestra meta.

El desear, obviamente, no es suficiente. Es un buen y necesario comienzo, pero insuficiente por sí solo para hacer real nuestros sueños.

La fórmula para pasar de "A" a "B", desde donde estamos hasta donde queremos llegar, desde la idea hasta la manifestación concreta necesita de ACCIÓN, más que de simple deseo.


¿Cuál es la clave de nuestro éxito pasado, presente y futuro?
Mucho se ha hablado sobre cuál es la clave del éxito, el factor principal del que depende la capacidad de lograr lo que se quiere. Las respuestas van desde el fijar metas hasta el manejo del tiempo, pasando por la habilidad para relacionarse.


Pero todas esas estrategias requieren de un elemento fundamental: La capacidad para tomar acción, para ponerte en movimiento, para generar resultados.



Hay dos leyes que en todo momento están influyendo sobre tu capacidad de ponerte en movimiento:

Una es la Ley de la Inercia y la otra es la Ley del Momentum.

La Inercia es la tendencia de lo que está en reposo permanecer inactivo.


El Momentum es lo contrario: se refiere a la propensión de aquello que está en movimiento a permanecer en actividad.


La aplicación de estas leyes a tu vida y el logro de lo que quieres es muy simple: mientras menos te muevas hacia tus metas más tenderás a paralizarte, y en la medida que te acerques a ellas a través de tus acciones más fácil será alcanzarlas.


Afortunadamente, las dos leyes son inversamente proporcionales: Si incrementas el momentum disminuye tu inercia.


En otras palabras: mientras más rápido hagas algo en pro de tus metas por pequeño que sea ese primer paso, más estarás poniendo la balanza a favor de tu éxito. (En esta sola idea se basa el método japonés Kaizen, del cual hablaremos en una próxima entrada.)


¿Cómo contrarrestar la inercia?

Dirige el momentum que ya tienes.
Ya has ejecutado hoy una gran cantidad de acciones. Se estima que cada uno de nosotros tiene entre 50.000 y 100.000 pensamientos por día. No he sabido de nadie que haya contabilizado el promedio de acciones cotidianas, pero seguramente está por los miles, desde levantarte de la cama y cepillarte los dientes hasta cerrar un negocio y desarrollar ideas para un nuevo proyecto.
Por lo tanto, reconoce que en realidad ya estás en movimiento; lo que hace falta es que al menos una de esas miles de acciones de hoy, decidas dirigirla hacia tus metas. Es tu acción dirigida la que te encamina al éxito.

Esta acción la determinas básicamente con dos simples declaraciones: Sí y No.

Sí a aquellas acciones que te acercan a tus metas y No a todo lo que te aleja de ellas.


Al final del día, estarás más cerca o más lejos de tus metas. Es imprescindible, entonces enfocar tu consciencia de manera permanente para seleccionar el tipo de acción que vas a ejecutar.
Y esto es algo que, afortunadamente, está bajo tu poder. Así sea por un milímetro en la proverbial travesía de mil kilómetros, tus pasos de hoy puede aproximarte a lo que quieres.

De hecho, una maravillosa sensación es la de darte cuenta de que cada día que pasa te encuentras más y más cerca de la vida que realmente quieres vivir.


¿Te imaginas lo agradable que sería sentirte así? Es fácil: haz algo hoy para romper tu inercia y aumentar tu momentum.


No justifiques tu parálisis… o te quedarás estancado.
Acepta que tus explicaciones sobre por qué no te has puesto en marcha son sólo racionalizaciones que generas luego de que te das cuenta de que el tiempo ha pasado sin mucho avance.


Recuerdo a Richard Bach, en su libro Ilusiones, escribía "Justifica tus limitaciones y ciertamente las tendrás”.
Mientras más fuerza le imprimas a tus excusas tu inercia irá en aumento.
Decide lo contrario: No le prestes atención a tus "no lo hice porque...." por ejemplo, y sí a tus "sí, lo hago ya porque...".

Sí, porque quiero...
Sí porque lo decido...
Sí, porque te lo merezco...
Sí, porque soy capaz...
Sí, porque quiero mejorar mi vida...

¡Decido mi próxima acción y la hago AHORA!
Determina cuál es la próxima acción a ejecutar en función de lo que quieras lograr.
Hagamos una llamada; busquemos algo en Internet; preguntemos a un amigo; leemos un libro; escribamos ideas iniciales para nuestro proyecto.
Cualquier cosa que ponga en ascenso tu momentum y disminuya tu inercia.

¿Cuál es la próxima acción por pequeña que sea para avanzar hacia lo que queremos?

Una vez que te pongas en movimiento te será más fácil continuar que parar. Así que ¿qué estás esperando?
Debilita tu inercia, incrementa tu moméntum y ¡A poner la pasión en acción!